jueves, 14 de mayo de 2015

Comunicar a través de nuestro propio cuerpo.

Momentos antes de iniciar la clase.
En esta nueva sesión descubrimos no solo el poder de la expresión corporal como arte en sí, sino también como parte importante de la relajación, movimiento y expresión o comunicación de los seres humanos. Así las palabras se hacen insuficientes cuando los gestos son los apropiados y sinceros para cada situación de la vida. Además, el hecho de que restrinjamos nuestro cuerpo a la vista, la audición y el gusto nos pone en manifiesto que no ocupamos todos nuestros sentidos, y que el tacto como parte importante del sentir entre personas -como seres sociales que somos- sea tan ignorado por nosotros mismos.

Con el fin de lograr los objetivos ya mencionados, la clase se inició con movimientos simples tales como caminar, de a poco se fue comprometiendo aún más la cercanía y la empatía con el otro mediante variados gestos que iban desde tocar (o sentir) las manos del otro gracias al uso de nuestras manos energizadas, hasta llegar a los rostros que representan nuestro todo porque muchas veces limitábamos la extensión de nuestro cuerpo a solo eso.   

Concentración para conocer la extensión de nuestro cuerpo (1)
A medida que la clase iba progresando, visualizamos que nuestro cuerpo entero puede demostrar y comunicar, pero muchas veces no nos dábamos cuenta porque solo lo ocupamos para ser el vehículo de nuestros sueños y metas con el fin de hacerlas realidad. Y quizás haya sido egoísta de nuestra parte el no escuchar a nuestro cuerpo, el mismo desconocimiento de no saber hasta dónde es capaz de llegar, moverse, relajarse, pero por sobre todo, hasta donde es capaz de expresar sentimientos y emociones.

Luego, en grupos tuvimos que unir las manos, cerrar los ojos, contemplar el silencio, y en vez de conocer a una persona por el habla debíamos conocer su mano por el tacto, así habríamos una nueva dimensión donde veíamos con las manos para sentir las suavidades, rugosidades, delicadezas y la energía misma que se traspasaba en la mano del otro ser.  Pues, como seres dotados de energía pocas veces la sentimos, hoy en día estamos tan desconectados uno del otro que las caricias, los abrazos o un saludo amable son cada vez menor entre los pares, y el desinterés ha matado mucha de nuestras formas de expresar y comunicar mediante los gestos emanados de nuestro cuerpo.

Concentración para conocer la extensión de nuestro cuerpo (2)
Por último, seguir el ritmo de la música producía en nosotros tales sensaciones de querer moverse que resultaba de aquello un ambiente realmente sensacional, no existía la vergüenza. Además y producto del movimiento dimensionamos que las extensiones de nuestro cuerpo no están limitadas y que la puedes extender con un pedazo de género por ejemplo, tela con la cual puedes interactuar y moverla para precisamente expresar. El resultado fue que la música más un pedazo de genero eran la combinación perfecta para cualquier terapia de relajación.

En definitiva, la expresión corporal nos desconecta con el mundo y nos centra en las extensiones de nuestro ser para descubrirlas y entender que no hay forma más bella de comunicar que mediante nuestro propio cuerpo.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Cuestionarse mas allá de un maquillaje.

Intento de maquillaje.
Todo iba bien hasta esta clase caracterizada por el maquillaje, una opción de jugar con el rostro y crear nuevas apariencias entorno a la inmensa variedad de papeles y roles sociales o de época que uno puede tomar para convertirse literalmente en otro ser irreconocible. Esta experiencia era totalmente nueva y creativa, pero no exenta de frustraciones para mí ya que desde el inicio reflejaría mi tensión, inquietud, incomodidad y hasta dificultad para realizarme algo en el rostro. Quizás el hecho de ser perfeccionista y no lograr los objetivos deseados en conjunto con una falta de habilidad para la motricidad fina hacían de este momento algo más complejo de lo que jamás imaginé.

Maquillaje empleado por un compañero.
Así volvieron a mi mente ideas de las que tenía en el pasado, asociado a una imperfección en el rostro y mi sueño de tener una cara como todo el mundo lo desearía, pues la sesión me demostró en pocas palabras que aún no he superado mi condición facial y lo inconformista que soy con respecto al tema, que pese a ya tener unas cuantas cirugías aun nace esa idea de no quererme como soy. Críticamente me cuestionaba que si no soy capaz de quererme, nadie más lo hará; si no soy capaz de ayudarme conmigo mismo a superar esta barrera psicológica por lo que supuestamente es aceptado socialmente (que es tener un rostro simétrico) menos podré ayudar a los demás por sus problemas o necesidades. Está bien que vivamos en un mundo prejuicioso y que quizás por eso en mi vida le tema tanto al rechazo, pero en el día a día está en crecer como persona, porque “vencer la costumbre y el miedo a ser rechazado es lograr un cambio, es lograr que un defecto se transforme en virtud y quizás, en la mayor lucha de todas” y yo justamente estoy ahí, intentando.


Maquillaje empleado por una compañera. 
¿Cómo he llegado a una carrera donde necesito ser multifacético y creativo, donde quizás deba jugar con mi rostro y donde yo aún no supero el tema?

 Es hora de no limitar mis sueños y transformar este momento amargo en la oportunidad de haber aprendido algo positivo y dotado de significación, una lucha paralela entre el aceptarse y quererse como también en ser un mejor profesional capaz de superarse día tras día para ser mejor, mejor a lo que pudiese haber sido ayer.  

Mi filosofía de vida y pensar cambiarían con esta clase, no solo por haberme deprimido, sino (y aun mas) por haberme entregado un motivo más para aceptarme como sea, lograr mis objetivos, alcanzar mis metas y poder ser feliz. En suma, vencer a este maquillaje que finge tener superado su síndrome y aceptarlo como debe ser para internalizarlo y considerar esto no como un defecto, sino como una cualidad más de ser persona en un mundo tan diverso como el nuestro.