martes, 9 de junio de 2015

¿Acaso no es la vida así también?

Violines en el cielo, una película para dejarte pensando sobre el valor de  la vida y el respeto por la muerte. De como un ser humano que después de haber fracasado como violonchelista (del cual creía ser su sueño) es capaz de tomar un trabajo que es despreciado por todos los demás. Así el protagonista se encargará de cambiar esa visión despreciativa por un trabajo que requiere de habilidades, meticulosidad y un toque de profesionalización al momento de preparar a los fallecidos. En definitiva, un trabajo que te hace valorar la vida y todo lo que pudiste hacer en ella.

Es inevitable no cuestionarse el respeto que se tiene por los fallecidos, personas que son preparadas para dejarlas en el portal y ellos continuar un nuevo camino -tal vez- en otra dimensión trascendiendo mucho más allá de lo que nosotros mismos imaginamos, aquellas personas que creemos que se han ido pero que siguen presentes en nuestra vida de alguna otra forma. Así pues, la muerte quizás sea solo una puerta que si se cierra, necesariamente se abrirá otra donde podrás emprender un nuevo comenzar, ¿Acaso no es la vida así también?

Ser quienes sin maquillaje no podemos ser.

La exitosa película: “El curioso caso de Benjamin Button” es una larga historia que con originalidad nos manifiesta la posibilidad de conocer el mundo en reversa que debe vivir Benjamin. Así pues nos damos cuenta que la obra impacta más por el maquillaje, la fotografía y la lírica empleada en los actores que por la misma historia en sí, lo que le permitió a la película ganar un Oscar gracias a los efectos especiales empleados y con resultados muy bien logrados.

Pero si nos ponemos a pensar en el minucioso trabajo del maquillaje sobre Brad, nos damos cuenta inmediatamente de los grandes cambios que se pueden obtener, de la magia del maquillaje y de la capacidad para transformar identidades. Así por ejemplo, el maquillaje nos otorga una nueva identidad, un nuevo yo. En definitiva, una misma persona puede dar vida a múltiples personajes y facetas escondidas en alguna parte de nuestro ser.

¿Pero por qué no manifestarlas?...

Es ahí el dilema del maquillaje, ser quienes sin maquillaje no podemos ser, adoptar esa nueva identidad y dar a conocer otras facetas que demuestren todo lo que uno es capaz de ser y hacer.