La exitosa película: “El
curioso caso de Benjamin Button” es una larga historia que con originalidad nos
manifiesta la posibilidad de conocer el mundo en reversa que debe vivir
Benjamin. Así pues nos damos cuenta que la obra impacta más por el maquillaje,
la fotografía y la lírica empleada en los actores que por la misma historia en
sí, lo que le permitió a la película ganar un Oscar gracias a los efectos
especiales empleados y con resultados muy bien logrados.
Pero si nos ponemos a pensar
en el minucioso trabajo del maquillaje sobre Brad, nos damos cuenta
inmediatamente de los grandes cambios que se pueden obtener, de la magia del
maquillaje y de la capacidad para transformar identidades. Así por ejemplo, el
maquillaje nos otorga una nueva identidad, un nuevo yo. En definitiva, una
misma persona puede dar vida a múltiples personajes y facetas escondidas en
alguna parte de nuestro ser.
¿Pero por qué no
manifestarlas?...
Es ahí el dilema del
maquillaje, ser quienes sin maquillaje no podemos ser, adoptar esa nueva
identidad y dar a conocer otras facetas que demuestren todo lo que uno es capaz
de ser y hacer.